Hola,
una de las cuestiones que más surgen al momento de entablar
una conversación sobre BDSM es todo lo referente a la seguridad, en
especial, de la parte que se somete (ojo, no exclusivamente).
Y
me parece lo más natural... Es decir, si yo fuera una mujer sumisa e
imagino que voy a estar desnuda y amarrada a merced de un tipo al que
conocí por internet, creo que también estaría preocupada.
Tristemente
me han contado varias amigas sumisas algunas malas experiencias que han
tenido, sobre todo con tipos que no saben respetar los límites y que
confunden el BDSM con ladrar una serie de órdenes sin sentido, insultos
misóginos y peor aún, lastimar físicamente. O que creen que dominar
equivale a ser un acosador y "control freak", irrespetuoso de la vida
privada ajena.
Quiero agregar que estos riesgos no son exclusivos
del BDSM ni de los sumisos (a mi ya me ha tocado alguna sumisa medio
loca que me acosó y no fue nada agradable). Gente mafufa hay por todos
lados y conviene ser prudente siempre. Pero también debo decir que hay
un punto en que el exceso de prudencia se convierte en una traba.
Narro brevemente, la forma cómo suelo proceder. Por supuesto que no es la única forma, pero me ha funcionado.
En
mi experiencia, después de revisar perfiles afines e intercambiar
correos, lo mejor es iniciar una conversación por algún mensajero
instantáneo (yo suelo usar s k y pe). Después de un tiempo razonable, yo
pido usar la web cam. La verdad, me parece que es una herramienta que
permite ver las reacciones de la persona en "tiempo real", ver su
lenguaje corporal, etc., sin ponernos en una situación de riesgo físico.
He conocido sumisas que no quieren usar la cam, por lo que una
alternativa es al menos usar el micrófono. La voz también da un buen
indicativo de las reacciones personales.
A últimas fechas, y
después de algunas malas experiencias con "sumisas" que nunca pueden
poner la web cam o dar alguna muestra convincente de quienes son, he
decidido que si esa parte no se cumple, corto comunicación con la
persona. Respeto la voluntad de dsicreción de cada quién, pero hay un
punto en el que si quieres proseguir, debes mostrarte. Y a final de
cuentas, yo creo que ya en pleno siglo XXI podemos ser un poco más abiertos
respecto a nuestra sexualidad.
Y bueno, si todo sigue avanzando
de manera correcta, finalmente sugiero reunirnos en algún sitio público
(alguna cafetería) a platicar y a planear un encuentro BDSM. Por
supuesto, por cortesía y por seguridad, la parte sumisa decide el sitio.
A grosso modo, es el mecanismo que me ha funcionado en estos últimos años.
Por supuesto, sobra decir que en este proceso, conviene evitar dar datos personales.
No
suelo ser muy afecto a los "métodos" o "reglas", pero desde hace
tiempo, recomiendo a las sumisas novatas una serie de preguntas que
pueden ayudar a identificar si la persona con la que hablan es un mafufo
o no. Lo sé, parece un test de la revista Vanidades y cómo tal hay que
tener sus reservas, pero es una guía que puede ayudar. Lo pueden leer en
otra publicación previa de este blog. Se llama "Acid Test".
El texto oirginal es en
inglés; encontré una traducción en español que no es del todo buena,
pero debo aceptar que me ha dado flojera corregirla. Si tienen interés
en buscar el texto original, es fácil localizarlo en g o o gle.
Un último comentario: sigan su intuición, generalmente es acertada.
Saludos
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